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Práctica de asanas y Yoga Sutras

  • alexanderarrangoiz
  • 11 abr 2022
  • 4 Min. de lectura

Actualizado: 20 abr

"Un asana es una postura estable y confortable"
Patanjali. Sutra II, 46

Hoy en día, para la gran mayoría de quienes somos estudiantes de Yoga, las asanas (posturas de Yoga) son parte fundamental de nuestra práctica. Sin embargo, muchas veces realizamos esta práctica desde un enfoque en el cual le damos demasiado valor a la forma externa de la postura, es decir, que tan “avanzada” se ve nuestra práctica en términos de flexibilidad y fuerza. Esto nos lleva comúnmente a pensar que un practicante avanzado es aquel que puede realizar las posturas más difíciles o más complejas, dando como resultado el sentir que si no somos capaces de realizar dichas posturas, entonces no somos lo suficientemente avanzados.


En este artículo me gustaría compartir algunas ideas que nos ayuden a entender la práctica de asanas como un medio, y no como un fin. Si logramos ver la práctica de asanas desde esta perspectiva, podremos desapegarnos de la forma externa de las posturas, y le podremos dar mayor importancia a la función que estas tienen. Este cambio de perspectiva, en lo personal, tuvo un enorme impacto en mi forma de practicar, y por ende, también de compartir esta práctica cuando estoy dando una clase.

Antes que nada, me gustaría mencionar que todo lo que comparto aquí son puntos de vista basados en experiencias personales, y no necesariamente quiere decir que a todos nos suceda lo mismo. Mi intención al compartir este artículo es que en caso de sentirte identificada/o con esto, pueda ser esta una invitación a cambiar la perspectiva desde la cual realizamos nuestra práctica.


Para comenzar, debemos hablar de la definición que se le da a las asanas en los Yoga Sutras de Patanjali, el cual es uno de los libros más importantes y más estudiados sobre filosofía del Yoga. Este libro esta subdividido en cuatro partes. Por ahora, me gustaría compartir los

sutras 46 y 47 de la segunda parte de este libro:


  • Sutra II, 46 “El asana es una postura estable y confortable”.

  • Sutra II, 47 “Una postura de Yoga (asana) se perfecciona al disminuir la la tendencia a la inquietud y tensión”.

Si observamos la definición que se le da a las asanas en los Yoga sutras, podemos preguntarnos: ¿En cuántas posturas de las que realizamos, podemos sentirnos de esa forma?


El darle demasiada importancia o valor a la forma externa de las posturas, suele provocar que generemos tensión tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente, ya que nos lleva a forzar a nuestro cuerpo llevándolo hasta el máximo punto posible, esto genera tensión en nuestros músculos y articulaciones, y puede provocar una mala alineación y/o incluso llevarnos a una lesión. Adicional a esto, el efecto psicológico de realizar la práctica de asnas de esta forma tampoco es favorable, ya que nos puede llevar a sentir frustración por no haber alcanzado “la postura completa” y sentimientos/pensamientos de

no ser lo “suficientemente buenos en Yoga”.


El resultado de practicar de esta manera (tensión física y psicológica) parece ser exactamente lo opuesto a lo que se busca en la práctica de Yoga, que es el bienestar de nuestro cuerpo y el alcanzar un estado mental de calma y claridad.

Por lo tanto, una palabra clave a tener en cuenta al realizar nuestra práctica de asana es “balance”. Debemos siempre buscar un punto de balance en cada aspecto de la práctica: balance entre esfuerzo y relajación, balance entre la inhalación y exhalación, balance en nuestro cuerpo y nuestra mente.

A continuación, te comparto algunos puntos que considero muy importante tener en cuenta al realizar nuestra práctica de asanas:


1. Darle mayor importancia a la respiración que a la postura.

Si al realizar una postura no puedo respirar de forma estable y profunda, esa es una clara indicación de que debemos hacer la postura de una forma más suave. Siempre debemos asegurarnos que la respiración no se vea obstruida.


2. Si es necesario, modifica la postura para encontrar el punto medio entre esfuerzo y relajación.

Para que cada postura sea estable y confortable, debemos encontrar un punto medio, en el cual podamos sentir el trabajo y la función de la postura, pero al mismo tiempo respetando nuestros limites y sin poner tensión innecesaria en ningún músculo. Ese punto medio es diferente para cada persona, y será diferente en cada postura que hagamos.


3. Función sobre la forma.

Larry Schultz, maestro creador de las secuencias de Rocket, decía “función sobre la forma”. Es decir, enfocarnos más en el efecto que las asanas tienen en nosotros (física, mental y emocionalmente) y no tanto en como se ve la postura desde afuera.


4. Cuidar una buena alineación.

Por supuesto que importa la forma externa de la postura, pero en términos de alineación, es decir, mantener nuestra columna y articulaciones en posiciones congruentes y sanas. Sería mucho mejor hacer una postura modificada, pero con buena alineación, a tener una mala alineación por querer entrar más profundo en una postura para la cual no estamos listas/os.


5. Observar el resultado.

Al terminar una práctica de Yoga, recomiendo ampliamente tomar unos minutos de auto- observación, prestando atención a cómo nos sentimos física, mental y emocionalmente.


En conclusión, la perspectiva a la que invito en este artículo, es a desapegarnos de la idea de que el Yoga avanzado consiste en hacer posturas difíciles. El Yoga avanzado, desde mi punto de vista personal, es cuando logramos un punto de balance en nuestro cuerpo y mente, cuando podemos mantener una respiración estable, consciente y profunda, encontrando un punto medio en el cuerpo de esfuerzo y relajación, con una mente clara y presente. Todo esto sin importar que tan profundo entramos en una postura, o que tan “avanzada” se ve nuestra practica desde afuera. Y enfocándonos mas bien, en la experiencia interna que obtenemos con la práctica de asanas.


La fuerza y la flexibilidad, van aumentando poco a poco cuando hacemos una práctica consistente. Pero esto se da como el resultado natural de la consistencia, y no tanto como la meta de la consistencia


Alejandro Arrangoiz

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