¿Qué es Pranayama?
- alexanderarrangoiz
- 5 abr 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 20 abr
"Sonríe, respira y ve despacio"
Thich Nhat Hanh
Para la mayoría de nosotr@s, nuestro primer acercamiento al Yoga es a través de la práctica de asanas (posturas de Yoga), la cual evidentemente es una parte muy importante de esta disciplina. Sin embargo, una parte igualmente importante dentro del Yoga es la práctica de pranayamas, es decir, las distintas técnicas de respiración que se enseñan en Yoga.
En la tradición de Yoga, y como hemos ya mencionado en artículos anteriores, se habla sobre el prana o energía vital. La palabra pranayama se refiere al control o extensión de esta energía, ya que la obtenemos principalmente a través de la respiración.
Adicional a esto, los pranayamas nos ayudan a mejorar nuestra concentración, aportándonos estados de claridad y calma mental, y si bien esto lo podemos obtener de cualquier pranayama, cada una de estas técnicas tiene sus beneficios y propósitos específicos. Por ejemplo, hay pranayamas para inducir a la relajación y que se pueden utilizar en momentos de ansiedad, estrés y/o antes de dormir. Hay otros que aportan energía y otros que nos ayudan a regresar a un estado de equilibrio y claridad en cuerpo y mente.
Para entender y trabajar mejor con los pranayamas debemos conocer las cuatro facetas que hay en la respiración: inhalación, pausa tras la inhalación, exhalación y pausa tras la exhalación. Si tenemos la intención de adentrarnos en la práctica de pranayamas, es bueno conocer los nombres que tienen cada una de estas facetas en sánscrito, que se muestran a continuación:
Inhalación: puraka
Retención de la inhalación: antara kumbhaka
Exhalación: rechaka
Sostener los pulmones vacíos después de la exhalación: baya kumbhaka.
Otra forma de exponer estas facetas de la respiración es en tres partes:
Puraka: inhalación.
Rechaka: exhalación.
Kumbhaka: retención.
Si lo observamos de esta forma, de igual manera debemos considerar que la retención del aire (kumbhaka) tiene dos partes: antara kumbhaka después de la inhalación y baya kumbhaka después de la exhalación.
En caso de condiciones médicas, estar en embarazo o etapa de pos parto se debe consultar al médico antes de realizar pranayamas, sobre todo los que están diseñados para aportar energía y/o los que conllevan retención del aire.
A continuación veremos algunos puntos que debemos tener en cuenta al realizar cualquier tipo de pranayama:
Debemos sentarnos con la espalda erguida. Podemos sentarnos en un mat de Yoga, silla, sillón o en cama. Si es necesario podemos utilizar el respaldo para mantener la espalda erguida.
Relajación: si bien se busca una postura activa con la espalda erguida, debemos asegurarnos de no generar tensión en ninguna parte del cuerpo. Relajamos los hombros y brazos, la boca debe estar cerrada pero sin apretar la mandíbula.
Los ojos pueden estar cerrados suavemente, o podemos dejar los ojos abiertos con la mirada en un punto fijo ligeramente hacia abajo.
Dentro de lo posible debemos procurar realizar estos ejercicios en un lugar tranquilo y sin interrupciones.
Si presenta mareo y/o cualquier tipo de malestar detenga el ejercicio inmediatamente y regrese a su respiración normal.
El paranayama debe realizarse con la menor cantidad de comida en el estomago, ya sea en ayuno en la mañana, o habiendo dejado pasar de 2 a 3 tres horas después de la última comida.
Respirar suave: comúnmente pensamos que inhalar profundo consiste en inhalar rápido y fuerte, sin embargo es todo lo contrario. Enfocarnos en una respiración profunda quiere decir que nuestras respiraciones sean tan largas y lentas como nos sea posible, siempre y cuando no se llegue a sentir forzada. La respiración debe fluir sin generar tensión física o mental.
El realizar pranayamas nos aporta estados de calma y claridad en nuestro cuerpo y mente, adicional a esto, mientras más control consciente tengamos de nuestra respiración, más podremos respirar de una forma adecuada durante la práctica de asana (posturas de Yoga).
Te invito a conocer los distintos pranayamas que hay e incorporarlos a tu vida cotidiana, si se practican con regularidad, podrás ir notando cada vez más sus beneficios en tu día a día.


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