Consistencia y paciencia: las dos claves para el Yoga

"Pequeños actos de disciplina repetidos con consistencia todos los días, conducen a grandes logros con el tiempo"

John C. Maxwell

El Yoga, como muchos de nosotros hemos experimentado, es una práctica que puede aportar muchos beneficios a nuestra vida. Al comienzo, para la mayoría de nosotros, los beneficios físicos son los más evidentes. Comenzamos a sentirnos mejor en nuestro cuerpo, con un mayor rango de movimiento en músculos y articulaciones, con más energía y claridad, y reduciendo la tensión provocada por hábitos posturales o por estrés.

Normalmente, los beneficios más sutiles de la práctica, los que tienen que ver con cambios a nivel psicológico y emocional suelen tomar un poco más de tiempo en comenzar a desarrollarse. Esto por supuesto no es una regla, ya que la práctica funciona de una forma distinta para cada persona dependiendo de diferentes factores, y uno de los factores principales es la intención que tengamos para adentrarnos en el mundo del Yoga. El propósito que cada quien tenga es algo muy personal, sin embargo, cualquiera que sea el propósito todos tienen algo en común: lo vamos a lograr únicamente a través de la consistencia y la paciencia en nuestra práctica.

Estas dos palabras (consistencia y paciencia) no suelen ser muy populares hoy en día, ya que la tecnología y el mundo actual nos ha habituado a resultados rápidos. La mayoría de las industrias nos vende productos o prácticas con la promesa de obtener grandes resultados a corto plazo (independientemente de si es realista o no).

En Yoga, si bien podemos comenzar a experimentar beneficios desde las primeras etapas, es muy importante tener en cuenta que esta es una práctica a largo plazo, y lo que nos va a permitir profundizar y experimentar lo que el Yoga nos ofrece es la consistencia y la paciencia, y esto (lo reitero) aplica a todos los casos, independientemente de cual sea nuestra intención al practicar Yoga.

Para trabajar la paciencia, debemos comenzar por trabajar el desapego a la forma externa de las posturas.

De esa forma, podremos avanzar en nuestra práctica de forma segura y gradual, aumentando nuestro nivel de concentración, fuerza y flexibilidad progresivamente, permitiendo que esto suceda como el resultado natural de la consistencia, y no tanto como la meta de la consistencia.

A continuación les comparto algunas recomendaciones para trabajar la consistencia.

• Establecer un mínimo de días de práctica a la semana. Es muy importante que este mínimo sea realista para nosotros, y con el cual nos podamos comprometer.

• Establecer un horario. Ahora debemos decidir cuales van a ser esos días y en que horario. Realizar la práctica los mismos días a la misma hora nos ayudará a establecerla como un hábito.

• Hacer un poco es mejor a no hacer nada. Habrá días en los cuales no tengamos suficiente tiempo o energía para una práctica completa, en ese caso tenemos dos opciones:

1. Realizar una práctica de menor duración.

2. Realizar una práctica más suave, modificando posturas y ajustando la práctica en base a como nos sentimos.

Te invito a que la consistencia y la paciencia sean los pilares en tu práctica de Yoga. Si logramos establecer estas dos cualidades, podremos experimentar el Yoga de una forma cada vez más profunda y más completa en nuestra vida.

Alejandro Arrangoiz