Beneficios fisiológicos del Yoga
- alexanderarrangoiz
- 14 mar 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 20 abr
"Estoy tan agradecido a lo que el Yoga ha hecho con mi vida, que siempre busco compartirlo"
B. K. S. Iyengar
El Yoga, como hemos mencionado en otros artículos, es una práctica tanto física como mental. Una práctica de asanas (posturas de Yoga) sin una intención de enfocar la mente y trabajar la concentración perdería gran parte de su esencia. Sin embargo, esto no quiere decir que debamos restar relevancia a la parte física del Yoga, ya que estas dos partes (física y mental) son igualmente importantes.
En los últimos años, con el gran crecimiento que ha tenido el Yoga a nivel mundial, se han hecho cada vez más estudios sobre sus beneficios tanto a nivel psicológico como fisiológico, cada vez son más las y los doctores que se han adentrado en el mundo del Yoga y que se han dedicado a estudiar y probar los efectos de esta práctica.
A continuación te comparto algunos de los beneficios fisiológicos principales que tiene la práctica de asanas (posturas de Yoga):
Aparato locomotor:
Este aparato esta conformado por huesos, articulaciones, músculos y tendones. Es decir, las estructuras que nos permiten movimiento. La falta de movimiento y ciertos hábitos posturales provocan tensión, y por ende, un rango de movimiento cada vez menor en nuestro cuerpo. Como resultado de esto, el flujo de sangre no es el adecuado en estas zonas, y por tanto reciben menos nutrientes. La práctica de asanas hace que se muevan prácticamente todos los músculos y articulaciones del cuerpo, y de esta forma podemos ganar un mayor rango de movimiento, permitiendo que la sangre fluya mejor por estas zonas.
Aparato respiratorio y circulatorio:
Uno de los beneficios más importantes en la práctica de asanas y pranayamas, es que podemos incrementar nuestra capacidad pulmonar, y de esta forma lograr una mejor oxigenación de la sangre en los pulmones. Esto, junto con el movimiento del cuerpo durante las asanas y el incremento gradual de nuestro rango de movimiento, ayuda notablemente a mejorar la circulación de la sangre por todo el cuerpo.
Sistema digestivo:
La práctica de asanas ayuda a mejorar el funcionamiento de los órganos internos que conforman el sistema digestivo, ya que estos son masajeados en posturas de flexión, y “exprimidos” en posturas de torsión. Este movimiento de los órganos internos ayuda a su correcto funcionamiento, y ayuda también a que la sangre regrese a su circulación por todo el cuerpo con mayor eficacia.
Sistema nervioso:
El sistema nervioso esta formado por el sistema nervioso central, alojado en el cerebro y la columna vertebral. Y el sistema nervioso periférico, formado por los nervios que salen desde la columna hacia todo el cuerpo.
La tensión muscular en la espalda, así como una columna vertebral rígida, en ocasiones provocan que se compriman las vértebras, “aplastando” los nervios, lo cual debilita la función de dicho nervio. La práctica de asanas ayuda a estirar y relajar los músculos de la espalda, así como a flexibilizar la columna vertebral, lo cual ayuda a mejorar la salud y el funcionamiento de todo el cuerpo.
Por otro lado, la práctica de Yoga tiene un efecto muy positivo en el sistema nervioso autónomo, ya que “activa” el sistema nervioso parasimpático, encargado de la relajación, la calma y el descanso, reduciendo notablemente los efectos del estrés crónico y la ansiedad. Para lograr esto es muy importante dedicar varios minutos de savasana (postura de relajación que hacemos al final de cada práctica). Podemos pensar en dedicar 5 minutos de savasana por cada 30 minutos de práctica, es decir, si realizamos una práctica de asanas de 60 minutos, deberíamos dedicar al menos 10 minutos de savasana al final. Esto es particularmente importante cuando se realizan prácticas de Yoga dinámicas, tales como Ashtanga, Vinyasa, Rocket o Power.
Recuerda siempre que la práctica de asanas tiene el propósito de mejorar la salud de nuestro cuerpo, y para eso es muy importante respetar nuestros límites, avanzar en nuestras posturas de forma gradual y con paciencia. Si forzamos a nuestro cuerpo, el resultado puede ser contraproducente con este propósito.
Utiliza tu práctica de asanas para sentirte bien, sentirte mejor, para enfocar tu mente, regresar a tu centro, y con desapego a la forma externa de las posturas.
En palabras de Larry Schultz:
"Haz tu práctica con intención, mas no con ambición."
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